Tratamiento de cicatrices

Mejorar su apariencia y reducir su visibilidad, uno de los grandes retos de la medicina estética, y uno de los campos más agradecidos por los pacientes.

Tratamiento de cicatrices

Mejorar su apariencia y reducir su visibilidad, uno de los grandes retos de la medicina estética, y uno de los campos más agradecidos por los pacientes.

Qué son y sus tipos

Las cicatrices son lesiones cutáneas que se originan como respuestas hiperproliferativas del tejido conectivo de la piel frente a algún tipo de traumatismo.

¿Qué son las cicatrices?

Son alteraciones permanentes de la arquitectura cutánea debidas a mecanismos de reparación que ocurren tras un daño infligido a la piel. Son la consecuencia del proceso natural de reparación de la zona afectada, por el que se reemplaza la piel dañada y/o perdida por una nueva de diferentes características.

El tejido cicatricial no posee glándulas sebáceas, células productoras de pigmento, melanocitos, ni vello. Tiene un aspecto diferente al resto de la piel, y, generalmente es menos resistente que la piel normal de la misma zona.

Accidentes, quemaduras, acné o ciertas enfermedades con causas posibles de cicatrices. Su evolución depende del daño que haya sufrido la dermis y de los mecanismos de reparación del paciente.

Su formación y reparación está condicionadas por diversos factores, por ejemplo, el tamaño, la localización, la profundidad del trauma, la edad del paciente, características de la piel como es el fototipo, la herencia, etc. La piel joven suele producir cicatrices más gruesas –debidas a un sobrecrecimiento– que la piel de personas con edad más avanzada, aunque estas últimas tengan un peor proceso de cicatrización. Todo esto es así en procesos normales. Pero puede suceder que el proceso sea patológico, con lo que la cicatriz resultante tenga un aspecto menos estético que una normal.

Impacto psicológico de las cicatrices

La mayoría de la gente tiene alguna en alguna parte de su cuerpo. En muchos casos son imperceptibles, pero en otros pueden ser bastante visibles debido a su apariencia.

Pueden tener un impacto diverso tanto estético por alteración delo color y la textura de la piel, como funcional pues la piel de una cicatriz tiene muy poca capacidad de distensión, y sobre todo psicológico y social.

Pueden ser un problema médico importante al afectar a la autoestima de la persona.

Tanto las antiguas como las nuevas pueden ser tratadas y, en ambos casos, la apariencia de éstas puede mejorar. Pero, para intentar evitar las consecuencias psicológicas negativas que de ellas puedan derivar, nuestro consejo es darles desde un principio la importancia que requieren y comenzar temprano con los tratamientos, incluso antes de que se hayan producido.

Los cuidados que recibe una herida durante la etapa de regeneración serán decisivos en el aspecto final.

Pide cita Montserrat Albarrán Gómez - Doctoralia.es

Tipos de cicatrices

Existen diferentes tipos según su aspecto

  • Atróficas
  • Hipertróficas
  • Queloides

Todas ellas pueden mejorar su aspecto con el tratamiento adecuado.

Cicatrices de acné

Mención especial merecen las de acné, ya que es una patología en la que, cuando aparecen, suelen ser muy exageradas y de los tres tipos, si bien suelen ser atróficas, y a su vez, por su forma. se dividen en otros tres tipos:

  • Onduladas o rolling, son superficiales y suaves.
  • Furgoneta o boxcar, son más profundas, con bordes anchos y definidos.
  • Picahielos o icepeak, son muy profundas y puntiformes.

Suelen aparecer tanto en la cara como en la espalda y brazos. Y su tratamiento es complejo. Tras un tratamiento agresivo con láser CO2, suele necesitarse un relleno con ácido hialurónico.

Tratamientos para las cicatrices

Los mejores resultados terapéuticos en su tratamiento se obtienen con la utilización de terapias combinadas. Así por ejemplo, tras una cirugía, recomendaremos vendaje compresivo, apósitos de silicona, carboxiterapia temprana, y láser de CO2 en cuanto veamos que la piel está cerrada, para intentar que la herida cure de la manera más parecida a una cicatrización ideal.

Vídeo de tratamiento de cicatrices con láser CO2

 
 

El proceso de cicatrización

En condiciones normales todos los tejidos del cuerpo están en continuo proceso de regeneración, en especial los epitelios como la epidermis debido a que están sometidos a un desgaste permanente.

Una lesión hace que esta regeneración se vea interrumpida, iniciándose un proceso de cicatrización.

Es un proceso complejo que se pone en marcha de manera natural y fisiológica y que está dirigida a reparar los tejidos dañados, en este caso la piel. Sucede en varias fases:

  • Fase inflamatoria. Es la primera fase del proceso. Se caracteriza por un aumento de vascularización y formación de la costra superficial debido a la llegada de plaquetas y células inflamatorias a la zona dañada. Los procesos de coagulación, hacen que se forme un tapón que evolucionará dando lugar a la costra.
  • Fase proliferativa. Se empieza a regenerar la zona afectada gracias al acúmulo de fibrina y colágeno. El colágeno es una proteína que genera el organismo y es la encargada de rellenar y cerrar los defectos de continuidad de la piel. Pero en esta fase las fibras de colágeno se suelen estructurar de forma desorganizada y fibrótica.
  • Fase de remodelación. Fase final del proceso, en la que se produce una reabsorción del colágeno cicatricial y se reestructura la arquitectura del tejido para dejar el que será definitivo. Esta fase es lenta y suele alargarse más de un año desde el inicio del proceso.

La cicatrización no siempre funciona bien

En muchas ocasiones el proceso no funciona de forma fisiológica, y se produce una cicatrización patológica que origina cicatrices patológicas.

Cicatrización normal

Es el proceso que deja una cicatriz con apariencia normal, es decir, con un color semejante a la piel que la rodea, plana, lineal y flexible, de forma que no afectará a la integridad anatómica ni funcional de la zona afectada.

Cicatrización inestética

Existen algunas que, a pesar de ser normales, tienen una ubicación, dirección o técnica de reparación que no ha dado buenos resultados estéticos, y requiere tratamientos médicos para mejorar su aspecto. Son las inestéticas. Así puede ser, por ejemplo, una cicatriz en la cara, que, a pesar de ser normal, deseemos hacerla menos visible.

Cicatrización ideal

Es aquella en la que no queda rastro externo y en la que la integridad anatómica y funcional no se ve afectada. Este tipo, en humanos, únicamente se da en la cicatrización fetal.

Cicatrización patológica

Es el proceso que, a diferencia del normal, sí puede afectar a la integridad anatómica y funcional de la zona afectada.

  • Cicatrización excesiva: hay un exceso de cicatrización, un exceso de tejido causado por un aumento de la celularidad y de la gran actividad de los fibroblastos.
  • Cicatrización insuficiente: hay un déficit de tejido, lo que hace que las heridas acaben siendo inestables y, en muchos casos, incluso crónicas.
Cicatrización patológica excesiva

Las formas más frecuentes son:

  • Queloide. En el queloide hay un crecimiento exagerado del tejido cicatricial en una zona donde se ha producido la lesión cutánea. La característica que más define de este tipo de cicatriz es que tiene capacidad de crecer más allá de los límites de la herida original. Los queloides suelen presentar un tono rojo o al menos más oscuro que la piel de la zona que los rodea. Son gruesos, ovalados y con los bordes irregulares ya que son muy activos. Son más comunes en personas jóvenes y con piel oscura. Puede tardar varios meses en aparecer, y no suele mejorar con el tiempo.
  • Cicatriz hipertrófica. Del mismo modo que las queloides, las hipertróficas se definen como crecimientos exagerados del tejido cicatricial en una zona donde se ha producido una lesión cutánea, pero en este caso, este tipo no se extiende más allá de los límites de la original. Las hipertróficas son usualmente rojas, gruesas y elevadas, y sus bordes están bien definidos. Pueden aparecer en cualquier edad, pero se desarrollan con más frecuencia en personas jóvenes y a diferencia que los queloides, no suelen estar asociados a la raza ni el fototipo. Este tipo suele desarrollarse semanas después del daño y es frecuente que mejoren con el tiempo.

Ambos tipos son producidas por traumatismos, aunque los queloides tienen la capacidad exclusiva de desarrollarse sin una herida aparente.

Diversas alteraciones cutáneas pueden dar origen a cicatrices hipertróficas y queloideas. Así son:

  • acné
  • infecciones
  • heridas
  • quemaduras
  • perforaciones como los piercings

Consejos para mejorar la cicatrización

  • Evitar la exposición al sol durante varios meses después de haber tenido una lesión cutánea o haberse sometido a un tratamiento de mejora, pues la exposición al sol puede oscurecer y empeorar el aspecto.
  • Evitar las actividades que estiren o puedan ensanchar la nueva cicatriz.
  • Prevenir la infección de las lesiones, para lo que es conveniente evitar su manipulación.
  • Evitar el contacto continuo con el agua, ya que ésta reblandece la lesión y empeora el proceso.
  • Seguir de forma estricta el tratamiento asignado por el personal sanitario con el fin de conseguir la mayor efectividad posible.

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