Envejecimiento facial
16 agosto, 2016Consejos antes de una cirugía
16 agosto, 2016Al igual que ocurría durante el embarazo, por los efectos de la hormona relaxina que ayuda a flexibilizar la articulaciones a fin de favorecer el alumbramiento, la pelvis mantiene cierta inestabilidad en el parto y tras el mismo, incluso algunas mujeres pueden sentir molestias y dolor lumbar y pélvico.
Una pelvis laxa unida a un suelo pélvico debilitado en el posparto pone en riesgo la estabilidad de los órganos internos(vejiga, uretra, útero, vagina y recto), desprotegiéndolos y suponiendo un factor de riesgo para la aparición de prolapsos(descenso de alguno de dichos órganos)
Para proteger, además de descansar y evitar esfuerzos, es recomendable utilizar una faja de estabilización pélvica o cinturón pélvico.
Dichas fajas que también pueden usarse durante el embarazo si existen fuertes dolores públicos o en las articulaciones sacroilíacas, dan soporte externo a la pelvis y favorecen la vuelta a la normalidad de los ligamentos y articulaciones.
Recuerda: debes colocarla nada más dar a luz el mayor tiempo posible hasta un máximo de unos tres meses, para evitar molestias lumbopélvica.
No se trata de una faja que cubra todo el abdomen, sino de una faja más parecida a un cinturón ancho que se coloca alrededor de las caderas y el sacro unos centímetros por debajo de las espinas iliacas y que tiene por objetivo ayudar a cerrar la pelvis.
Si a esto le añades una buena fisioterapia postparto para rehabilitar el suelo pélvico los beneficios para tu sistema musculoesquelético están casi grantizados.
José Jódar Padilla
Nº. Col. 141
Osteópata.
ARTEMÉDICA