Entrevista de Ginecoestética para La Verdad
5 diciembre, 2017¿Tengo Hiperlaxitud Vaginal?
16 marzo, 2018Con la edad, y en concreto en la mujer sobre todo tras la pérdida de estrógenos que ocurre durante la menopausia, los epitelios del cuerpo sufren una atrofia importante. Esto significa que se vuelven más delgados, con menos cantidad de capas, y con ello mucho más frágiles.
Igual que ocurre en el resto de los tejidos del cuerpo, disminuye la capacidad de formar colágeno y el tono muscular, con lo que se debilita el tejido de sostén de todas las estructuras pudiendo aparecer hiperlaxitud vaginal, prolapsos e incontinencia urinaria.
En la mujer uno de los más afectados es el epitelio vaginal. Siendo especialmente sensible al estímulo estrogénico, al faltar estos tras la retirada de la regla el crecimiento celular en la vagina disminuye en gran medida teniendo como consecuencia una atrofia importante.
Esta atrofia vaginal afecta igualmente a las glándulas productoras de moco tan necesarias en el mantenimiento tanto del ecosistema vaginal como de la lubricación durante las relaciones sexuales, por lo que cuando existe atrofia vaginal el síntoma más frecuente es la sequedad vaginal que en última instancia es por lo que consulta la mujer.
Pero la sequedad no es exclusiva de la menopausia. Cada vez hay más mujeres jóvenes que consultan por sequedad vaginal. Los motivos no siempre están claros, aunque uno de los más frecuentes es el uso de anticonceptivos hormonales orales. En otras ocasiones la causa se achaca a otros tratamientos por otro tipo de patologías o a la presencia de vaginitis crónicas que acaban afectando al epitelio vaginal.
Síntomas
Con la atrofia, la vagina disminuye su capacidad de lubricar, su elasticidad y su tensión, lo que se traduce el molestias vaginales múltiples, alteraciones de la flora saprofita, menor capacidad de defensa frente a infecciones y una menor resistencia a la fricción que deriva en relaciones sexuales dolorosas.
Este conjunto de problemas relacionados entre sí es lo que se llama “síndrome urogenital de la menopausia”.
Cuando una mujer padece sequedad vaginal siente molestias en una mucosa que normalmente pasaría inadvertida, picor, y, lo que más le suele afectar, dispareunia o dolor en las relaciones sexuales, especialmente con el coito, a veces incluso con sangrado.
Estas molestias inician un círculo vicioso de rechazo que en muchas ocasiones acaba por hacer imposibles las relaciones sexuales, y con ello un profundo deterioro de las relaciones de pareja.
Este hecho de gran importancia y posiblemente explique, al menos en parte, la disminución del deseo sexual en la mujer tras la menopausia, ya que, de forma paradójica, el descenso de estrógenos (hormonas femeninas) conlleva un predominio funcional de hormonas masculinas (testosterona) que condiciona una serie de cambios corporales en el cuerpo de la mujer y que debería por tanto también aumentar su deseo sexual, cosa que no ocurre en la práctica.
A esto debemos añadir por desgracia el condicionamiento social que todavía sufrimos las mujeres, a las que se nos invita insistentemente a resignarnos a una situación que nos viene dada cual castigo por nuestra condición, primero de mujer y especialmente de menopaúsica.
En mi experiencia personal como ginecóloga veo cada día como las mujeres que se atreven a solicitar algún tratamiento para su atrofia vaginal, que desgraciadamente no son todas las que la padecen, dicen con reparo que lo hacen por sus maridos y no por ellas, como si el deseo sexual no fuese apropiado en el sexo femenino.
Pero lo que hasta aquí la mujer se veía obligada a asumir como una consecuencia inevitable del paso del tiempo, hoy ya no lo es.
La mujer tiene derecho a una salud urogenital y, por qué no, a una vida sexual satisfactoria cuando tiene la mitad de su vida por delante y tratamientos eficaces disponibles.
Estas molestias inician un círculo vicioso de rechazo que en muchas ocasiones acaba por hacer imposibles las relaciones sexuales, y con ello un profundo deterioro de las relaciones de pareja.
Este hecho de gran importancia y posiblemente explique, al menos en parte, la disminución del deseo sexual en la mujer tras la menopausia, ya que, de forma paradójica, el descenso de estrógenos (hormonas femeninas) conlleva un predominio funcional de hormonas masculinas (testosterona) que condiciona una serie de cambios corporales en el cuerpo de la mujer y que debería por tanto también aumentar su deseo sexual, cosa que no ocurre en la práctica.
A esto debemos añadir por desgracia el condicionamiento social que todavía sufrimos las mujeres, a las que se nos invita insistentemente a resignarnos a una situación que nos viene dada cual castigo por nuestra condición, primero de mujer y especialmente de menopaúsica.
En mi experiencia personal como ginecóloga veo cada día como las mujeres que se atreven a solicitar algún tratamiento para su atrofia vaginal, que desgraciadamente no son todas las que la padecen, dicen con reparo que lo hacen por sus maridos y no por ellas, como si el deseo sexual no fuese apropiado en el sexo femenino.
Pero lo que hasta aquí la mujer se veía obligada a asumir como una consecuencia inevitable del paso del tiempo, hoy ya no lo es.
La mujer tiene derecho a una salud urogenital y, por qué no, a una vida sexual satisfactoria cuando tiene la mitad de su vida por delante y tratamientos eficaces disponibles.
Soluciones
El tratamiento más eficaz a fecha de hoy es el láser vaginal de CO2.
El láser de CO2 para este fin se utiliza de forma fraccionada asistida por un escáner de tal forma que produce microimpactos de energía láser en las paredes de la mucosa vaginal estimulando el tejido sin dañarlo, estímulo que es capaz de producir una regeneración de todo el epitelio vaginal con sus glándulas incluidas que se traduce en la recuperación del número de capas y la producción glandular de moco con la consiguiente desaparición de la atrofia y su síntoma más evidente que es la sequedad.
A estos tratamientos se los conoce por un término que, sin dejar de ser cierto, es mucho más comercial que es rejuvenecimiento vaginal, la punta del iceberg del antiaging íntimo, y que hace referencia al término más médico que es el resultado de los mismos que es la regeneración vaginal.
Se hace en consulta, de forma totalmente ambulatoria y bajo anestesia local tópica (sin inyecciones) y por tanto sin dolor, y la recuperación es prácticamente inmediata, por lo que puede ser considerado un “lunch time treatment”, uno de esos tratamientos que puede hacerse en un corto intervalo de tiempo como la hora de comer y volver tranquilamente a trabajar sin que nadie te lo note.
Existen otros láseres diferentes al CO2, pero a fecha de hoy la literatura científica que avala su eficacia demostrada con estudios histológicos, cortes de anatomía patológica que demuestran la regeneración celular, se refiere al láser de CO2.
En Artemédica disponemos de uno de los mejores láseres de CO2 del mercado, el Gynelase, un láser de gran potencia y múltiples opciones de parametrización que permite ajustar de forma muy precisa cada tratamiento.
Ácido Hialurónico vaginal
El ácido hialurónico es un mucopolisacárido presente de forma natural en nuestro cuerpo que posee una enorme capacidad de retener agua, lo que le hace especialmente útil para hidratar, lubricar y acolchar, por lo que tiene usos en muchas especialidades médicas.
En el caso de la sequedad vaginal en ginecología el tratamiento consiste en su infiltración submucosa lo que tiene como resultado una profunda hidratación de la mucosa vaginal que se traduce en una mejoría intensa de la sequedad vaginal, mejoría de la lubricación, mejoría o incluso desaparición del dolor tanto en vulvodinia como en dispareunia y reducción de la inflamación. Se ha comprobado incluso que acidifica el pH vaginal hasta normalizar sus valores de forma que mejora el ecosistema vaginal al ofrecer a la microbiota propia de la vagina el pH adecuado para su crecimiento.
Al igual que el láser vaginal, el tratamiento vaginal con ácido hialurónico se hace en consulta, de forma totalmente ambulatoria y bajo anestesia local, siendo la recuperación igualmente casi inmediata.
Puede hacerse solo o como paso final de un tratamiento con el láser de CO2, pues sus acciones son complementarias.
Bioestimulación con factores de crecimiento plaquetarios ginecológico
La infiltración de factores de crecimiento plaquetarios extraídos de la fracción plasmática de la sangre es capaz de estimular receptores concretos de los fibroblastos del tejido conectivo para que producir colágeno y elastina. Esto se conoce como bioestimulación.
Este es un tratamiento muy empleado en muchas especialidades médicas como la oftalmología, traumatología o medicina estética, y desde hace algún tiempo también en ginecología. En concreto en la vagina, tanto solo como en combinación con otros tratamientos como la infiltración de vitaminas o el propio láser vaginal ya se ha visto que es capaz de inducir importantes cambios regeneradores en la mucosa vaginal.
Igualmente es un tratamiento que se realiza en consulta, de forma ambulatoria y bajo anestesia tópica.
Carboxiterapia vaginal
La infusión de CO2 en el epitelio vaginal, al igual que ocurre en cualquier otro tejido donde se infunda, produce una intensa oxigenación celular que mejora su metabolismo y con ello su salud.
Muy empleado en muchas especialidades médicas, sobre todo hoy por hoy en medicina estética, es un tratamiento eficaz tanto solo como combinado con casi cualquier otro de los ya mencionados, e igualmente ambulatorio, breve y que se realiza con anestesia tópica.
Cremas y geles vaginales
Hasta hace muy poco las únicas alternativas posibles para tratar la atrofia y sequedad vaginal, tienen una eficacia moderada, algo mayor en los que son hormonales, y solo para casos de atrofia leve o moderada.
Incluso en el mejor de los casos, el problema fundamental es la escasa adherencia al tratamiento por parte de la mujer que habitualmente abandona un tratamiento que debe hacer a diario, especialmente si es con cremas o geles más o menos pringosos, para un resultado no del todo satisfactorio.
Tratamientos orales
Existe un tratamiento oral para la sequedad vaginal que pese a ser eficaz no suele prescribirse y cuando se hace se abandona pronto por sus posibles efectos secundarios a nivel sistémico.
Dra. Montserrat Albarrán Gómez
Nº. Col. 30/28/49454
Médico Especialista en Ginecología y Obstetricia
Experto en Ginecología Estética Funcional y Regenerativa
Máster en Medicina Estética y Antienvejecimiento